Una sesión del Consejo Rusia-OTAN se abrió en Bruselas, siendo los países representados por sendos ministros del Exterior. El ministro ruso del Exterior toma parte en el encuentro.
El Secretario General de la alianza Anders Fogh Rasmussen recordó cumplirse este año el quince aniversario del Acto Fundamental Rusia-OTAN.
Rasmussen hizo notar el progreso en las relaciones entre Rusia y la OTAN que se ha hecho durante este período. Él resaltó la interacción eficaz en la cuestión de Afganistán.
Uno de los temas del encuentro es el propuesto despliegue por la OTAN de un sistema de defensa anti-misil en Europa. Rusia teme que eses planes amenacen su seguridad y el balance estratégico en el mundo.
Moscú está representado por el titular de Exteriores, Serguéi Lavrov, y por el nuevo embajador ante la Alianza, Alexander Grushkó. En el encuentro de hoy los analistas no esperan mayores revelaciones.
La mayoría de ellos coincide en que en el frente diplomático Rusia-OTAN reina la calma y, quizás, hasta fines de año.
El encuentro Rusia-OTAN transcurre en el marco del Consejo de la OTAN a nivel de ministros de Exteriores y de Defensa. Este foro es el último antes del evento más importante para la Alianza: la cumbre de mayo en Chicago. La OTAN tiene problemas de sobra: por ejemplo, los crecientes problemas en Afganistán, el agravamiento de la situación en Oriente Próximo, la negativa de los países europeos a asumir un fardo adicional de apoyo a las operaciones militares. Todo esto exige a la jefatura de la OTAN una reacción operativa. En tal situación lo mejor sería una cooperación más estrecha con Rusia. Pero el inconveniente está, sobre todo, en el trillado problema del sistema norteamericano de defensa antimisiles en Europa.
La actual sesión del Consejo Rusia-OTAN será la primera para el nuevo embajador ruso ante la Alianza: el viceministro de Exteriores, Alexander Grushkó. Durante su desempeño en la cancillería también se ocupó, entre otras cosas, de los problemas de la seguridad internacional y el desarme, incluso en el contexto de las relaciones de Moscú con EEUU y con la OTAN. Los observadores opinan que su designación es una señal clara a los socios occidentales: Rusia está dispuesta a seguir buscando resoluciones mutuamente provechosas sobre los problemas internacionales.
¿Pero la dirigencia de la Alianza está dispuesta a mantener semejante diálogo? De palabra sus líderes manifiestan semejante disposición. El secretario general de la OTAN incluso llegó a anticipar el logro de acuerdo sobre el escudo antimisiles. “Espero que podamos acordar la creación de dos centros de información con Rusia” –dijo Anders Fogh Rasmussen. Claro que lo dicho poco después por el director de la Oficina de Información de la Alianza en Moscú, Robert Pszel, resultó disonante. Él considera que el emplazamiento de misiles S-400 en la región de Kaliningrado no favorece el fomento de la cooperación. Los misiles rusos –según Pszel, “representan una amenaza, de la cual no se habla con la OTAN”.
Los dirigentes de EEUU y de la OTAN siguen asegurando obstinadamente a la parte rusa que el sistema de defensa antimisiles no amenaza de ninguna manera al potencial estratégico de Rusia. Pero ya son varios años que se niegan categóricamente a registrar este hecho sobre el papel –recordó a La Voz de Rusia el director del Centro ruso de Estudios socio-políticos, Vladímir Evséiev:
—Supongo que en la actual situación Occidente no ofrecerá a Rusia las garantías jurídicas sobre la defensa antimisiles que este país exige. Por cierto que la concesión de garantías por escrito de que el sistema norteamericano no apunta a Rusia sería un gran avance y permitiría encontrar toda una serie de soluciones. Pero difícilmente valga la pena ahora confiar en ello. Teniendo en cuenta la situación conformada Rusia debería emprender la creación de su propio sistema de defensa antimisiles.
Las declaraciones de los funcionarios de la Alianza la víspera de la celebración del Consejo Rusia-OTAN tienen un carácter político –apunta el presidente del Fondo de Apoyo a las Reformas Militares, Pável Zolotariov:
—Si ellos dicen que el sistema norteamericano o europeo de defensa antimisiles tiene un carácter meramente defensivo y no debemos temerle, exactamente lo mismo se puede decir del sistema S-400. Es un sistema meramente defensivo y debe formar parte del armamento independientemente de si los norteamericanos instalen o no el sistema antimisiles.
Difícilmente escuchemos ahora algo nuevo con respecto al escudo antimisiles –estima el experto. Al menos hasta noviembre, cuando se celebren en EEUU las elecciones presidenciales, todo se limitará a variaciones de las anteriores declaraciones, sin el menor avance.
Todos los miembros del Consejo Rusia-OTAN confirmaron su compromiso con el mantenimiento de la paz y seguridad en Euroatlántica, según refirió el Ministro ruso del Exterior Serguei Lavrov hablando sobre los resultados de la sesión del Consejo.
Lavrov subrayó el empeño de las partes en combatir el terrorismo y recordó el éxito del ejercicio militar conjunto de Rusia y la OTAN dedicado a la defensa anti-misiles en un teatro de operaciones.
Moscú intenta continuar las conversaciones con la OTAN para obtener las garantías de que el sistema de defensa anti-misiles que está siendo desplegado en Europa, no está dirigido contra Rusia, refirió Lavrov.
Moscú se ha negado a participar en la reunión de París sobre el caso sirio, a pesar de haber recibido una invitación, según anunció hoy el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Alexander Lukashevich.
Lukashevich explicó que este evento organizado sin la participación de representantes de Damasco, es incompleto, igual que la anterior reunión del así llamado los "Amigos de Siria" en Túnez y Estambul.
En este sentido, en Moscú exhortan a los que realmente quieran poner fin al sufrimiento del pueblo sirio, a no participar en política destructiva de aficionados, sino apoyar los esfuerzos de Kofi Annan y el Consejo de Seguridad de la ONU.
Después de su entrevista con los socios de Rusia por la línea de la OTAN en Bruselas, hoy 19 de abril, Serguei Lavrov comentó la postura de Moscú respecto a los acontecimientos de Siria. El ministro rechazó los intentos de responsabilizar por todo lo que pasa en este país a Rusia que, en opinión de los políticos occidentales, debe persuadir a Bashar Asad de que cese la violencia. Lavrov resaltó que la paz en Siria depende de aquellos que influyen en la oposición, a saber: de EEUU, Turquía, Francia y de una serie de otros países europeos y árabes.
Entretanto, estos estados desde el inicio no creían o fingían no creer en el éxito del plan de Kofi Annan, persiguiendo sus propios objetivos. Antes que todo, el cambio del régimen vigente en Siria. He aquí la opinión del experto Serguei Demidenko, del Instituto de Valoraciones y Análisis Estratégicos:
—Lo específico de la situación de Siria y en torno suyo consiste en que ambas partes están dispuestas luchar hasta la victoria. Arabia Saudita y Qatar se enrumbaron sin vacilación a cambiar el régimen sirio. Y Occidente les ayuda en esto. La cuestión de la supervivencia de Asad estriba en si podrá o no aplastar la oposición. La oposición asimismo comprende que si las personas que luchaban, arma en mano, van a parar a manos de los servicios especiales sirios, su destino será evidente.
En Moscú se señala que tras el envío de observadores de la ONU a Siria la actividad de los grupos armados de la oposición aumentó considerablemente. Ellos violan burdamente la tregua que entró en vigor el 12 de los corrientes. Los insurgentes atacan diariamente a los puestos de control y a las patrullas militares, montan provocaciones so capa de manifestantes pacíficos. Han sido registrados casos de asesinatos de civiles y de ejecuciones de soldados. Partidarios armados de la oposición intentaron irrumpir en Siria desde Turquía, el Líbano y Jordania.
La situación se ve agravada por el hecho de que ambas partes no quieran dar pasos al encuentro mutuo, y no sólo Bashar Asad, como afirman sus oponentes en el mundo entero. Así considera el experto del Instituto de Orientalismo Vladímir Sótnikov:
—Bashar Asad tiene sus propios planes. Pero la oposición tampoco quiere dar pasos a su encuentro. El plan Annan propone cesar la violencia y cumplir los puntos concordados como resultado de las visitas de Annan a Siria y de sus conversaciones con todas las partes. Ahora allí no hay voluntad política. Las autoridades y la oposición han de observar estrictamente las condiciones de Annan.
Además de que la situación en Siria sigue sumamente difícil, las fuerzas exteriores echan más leña al fuego. En París debe efectuarse un encuentro de titulares de Exteriores de una serie de países europeos y árabes que forman parte del grupo "Amigos de Siria". Los expertos consignan que el grupo pretende hacer su propio juego pero siempre en conexión con la crisis siria. A desmedro de los actos coordinados en el Consejo de Seguridad de la ONU que se empeña concretamente en solventar la crisis, "Amigos de Siria" obran exclusivamente en beneficio de la oposición. Una y otra vez llaman a endurecer las sanciones contra el Gobierno sirio. Rusia se negó a participar en el encuentro de "Amigos de Siria" habida cuenta de que sus acciones minan las decisiones consolidadas del Consejo de Seguridad de la ONU.
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