Autor: Ilyá Jarlámov

No se descartan los preparativos para unas nuevas provocaciones de cara al 22º aniversario de la proclamación de la independencia de Osetia del Sur, expresó Tibílov al reunirse en Tsjinval, capital de esta república, con el Representante Especial de la Unión Europea para el Cáucaso Meridional y la crisis en Georgia, Philippe Lefort.

Tibílov afirmó disponer de datos sobre los preparativos militares que Georgia desarrolla a lo largo de toda la frontera con Osetia del Sur. Los militares georgianos construyen fortificaciones e instalan almacenes con armas de fuego en las áreas fronterizas.

Según opina Tibílov, estas acciones pueden estar apuntadas contra el pueblo de Osetia del Sur, y en tal caso las autoridades de Tbilisi se cargarán con toda la responsabilidad por las consecuencias. Expertos expresan diversas evaluaciones respecto a la probabilidad de un nuevo conflicto entre ambos países. Alexandr Krilov, presidente de la Sociedad científica de caucasólogos, opina que el blandir las armas por parte de Georgia, antes que nada, guarda relación con los próximos comicios parlamentarios:

—La situación ha cambiado en comparación con el 2008. Por lo tanto, es muy baja la probabilidad de que las autoridades de Tbilisi acometan una nueva operación militar. En Osetia del Sur está acantonada una base militar rusa capaz de neutralizar la amenaza, lo que modifica de raíz la situación. Ya no es el contingente de paz, dotado tan sólo de armas ligeras que estaba estacionado allí en 2008. Esta exhibición yo la atribuiría no a los preparativos para una nueva guerra contra Osetia del Sur, sino a la situación electoral en la propia Georgia. Por lo visto, Saakashvili cree conveniente blandir un poco las armas, para de este modo elevar el índice de popularidad del partido gobernante.

Por su parte, el politólogo Andrei Arishev no se muestra tan optimista. Según él, es necesario tomar con toda seriedad los actuales aprestos bélicos, pues el contencioso territorial entre Georgia y Osetia del Sur dista leguas de arreglarse:

—En el contexto de la inestabilidad general en el Cáucaso del Norte no podemos descartar agravamientos algunos. Las relaciones ruso-georgianas siguen tensas, las relaciones diplomáticas están suspendidas, Tbilisi mantiene una actitud hostil. Las acciones hostiles son un hecho evidente. En este contexto, la declaración del presidente Leonid Tibílov, desde luego, llama la atención.

Antes de cometer la agresión contra Osetia del Sur en 2008, las autoridades de Tbilisi insistían en que la única solución del problema pasaba por negociaciones de paz. Pero al cabo de poco prefirió esgrimir como argumento de peso los carros de combate y obuses. Si no hubiera sido por la ayuda de Rusia, quién sabe que suerte le habría deparado el destino a la población de Osetia del Sur. Con toda certeza, no la más envidiable.

Hoy por hoy, para contrarrestar las posibles tentativas de Tbilisi por desestabilizar la situación, Osetia del Sur cuenta con la ayuda política y militar de Rusia, respaldada por los correspondientes documentos legales. Recordemos que Rusia reconoció a Osetia del Sur como Estado soberano y concertó con Tsjinval un tratado de cooperación militar. A tenor con las normas del Derecho Internacional, en el caso de agresión, Rusia está en su pleno de derecho de prestar a Osetia del Sur toda la ayuda necesaria. De todas formas, tanto los dirigentes de Rusia, como los de Osetia del Sur estiman que todas las contradicciones actuales han de ser limar han de ser resultas por la vía negociada. Precisamente este objetivo buscan las Discusiones de Ginebra para el arreglo del conflicto entre Georgia y Osetia del Sur cuya ronda de turno debe convocarse en octubre próximo.

Mientras tanto, las autoridades de Georgia siguen desempolvando la traída y llevada tesis sobre la “agresión por parte de Rusia” en 2008 y los preparativos del país eslavo para desatar un nuevo conflicto armado.

Según afirman políticos georgianos, lo evidencian las maniobras militares Cáucaso-2012 que tienen por escenario el Territorio de Krasnodar (al sur de Rusia). Por la ya arraigada tradición se olvidan de mencionar que las maniobras se efectúan con arreglo a un plan previamente aprobado, y la información sobre el curso de las mismas era accesible al máximo desde el comienzo.