El presidente ruso, Vladímir Putin, firmó el borrador del tratado para la incorporación de Crimea a la Federación de Rusia. El documento ha sido publicado en la web oficial del Gobierno.
Entre tanto, la Duma (Cámara baja del Parlamento) aprobó la declaración “Acerca de la situación en Crimea”, en la que saluda la voluntad de los crimeos expresada en las urnas. La víspera el documento fue presentado en nombre de las cuatro facciones parlamentarias y del presidente de la Cámara, Serguéi Narishkin.
La República Independiente de Crimea, a la cual se incorporó con un estatus especial Sevastópol, ha sido reconocida oficialmente por Rusia. El decreto correspondiente ha sido firmado por Vladímir Putin el lunes 17. El presidente también notificó a ambas Cámaras del Parlamento y al Gobierno sobre las propuestas del Consejo de Estado de la República de Crimea, el Parlamento de la República de Crimea y la Asamblea Legislativa de la ciudad de Sevastópol sobre su admisión en la Federación Rusa. En tratado entre Rusia y Crimea deberá ser firmado en la cumbre.
Para el ingreso de la República en la Federación de Rusia como miembro de pleno valor habrá que regular no solo las cuestiones jurídicas y económicas, dice Vilen Ivanov, consejero de la Academia de Ciencias de Rusia:
—Ante todo hay que homologar las normas legislativas fundamentales de Rusia y Crimea. Sobre todo, esto debe concernir a los asuntos relacionados con el área económica, con la organización de la gestión, la subordinación, los nexos económicos, para alcanzar la unificación jurídica necesaria y luego para materializar esas normas, las cuales aún no coinciden.
Mientras tanto, el nuevo poder ucraniano, que no estuvo en condiciones de ofrecer resistencia a la separación de Crimea, intenta, de alguna manera, hacerle una faena a Rusia. Entre las amenazas de hacer volar el sistema de transporte de gas y movilizar a las tropas, ahora exige que se devuelva a Ucrania parte de las antiguas propiedades de la Unión Soviética, lo cual ha sido acogido por Moscú con extrañeza. El portavoz de la Cancillería rusa, Alexánder Lukashévich, comenta:
—Les recordamos que en la nota que la Cancillería rusa cursó a la Cancillería ucraniana el 31 de marzo de 2005, se indica que de conformidad con el acuerdo firmado por la Federación Rusia y Ucrania sobre la solución de las cuestiones de la sucesión legítima en relación a la deuda pública y los activos de la antigua Unión Soviética del 9 de diciembre de 1994 (el llamado acuerdo de variante cero), Ucrania se comprometió a entregar, y la Federación Rusa a aceptar, los compromisos de pago de la participación de Ucrania en la deuda pública de la antigua URSS a fecha de 1 de diciembre de 1994. En aquel entonces esa participación se cifraba en seis mil ochocientos millones de dólares, y ahora se aproxima a los veinte mil millones de dólares.
Alexánder Lukashévich subrayó asimismo que Rusia está dispuesta a examinar las pretensiones de Ucrania sobre otros aspectos de la “variante cero”, solo en el caso de que Kiev compense los mencionados veinte mil millones de dólares. Pero Ucrania, que no puede resolver sus problemas económicos, menos aún está en condiciones de pagar tal compensación. Además, todo lo relacionado con los bienes ya fue resuelto y semejantes declaraciones tienen un carácter exclusivamente declarativo, afirma la catedrática en Politología Aplicada de la Universidad Financiera anexa al Gobierno de la Federación de Rusia, Evguenia Voiko:
—El potencial jurídico de la élite política ucraniana, que no todos reconocen legítimo y, sobre todo, la Federación de Rusia, es bastante dudoso y extremadamente débil. Desde este punto de vista, los políticos ucranianos prácticamente no tienen fundamento para exigir la devolución de propiedades soviéticas. No pienso que estas demandas obtengan un amplio respaldo. Se trata de tentativas de dar por real lo deseado.
Entre tanto, en prácticamente todos los sujetos de la Federación de Rusia tienen lugar hoy mítines de respaldo a la decisión de Crimea bajo el lema “Juntos para siempre”. Los más numerosos, tal como se espera, se celebran en Moscú, Briansk, Vorónezh, Lípetsk, San Petersburgo y Vladivostok.
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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