Recordemos tan solo el informe anual del director de la Inteligencia Nacional de EEUU James Clapper, dedicado a las amenazas de nuestro tiempo. En este se dice que el año en curso “el creciente descontento en Europa puede cambiar su estructura social y política”.
Para el fin de año queda aún tiempo pero los hechos testimonian lo contrario. Es más, hace días en Madrid el presidente del Eurogrupo (Consejo de Ministros de Hacienda) Jeroen Dijsselboem en su encuentro con Mariano Rajoy, presidente del gobierno de España, uno de los países más críticos en su tiempo, destacó que la situación económica en el reino ha mejorado. Según Dijsselbloem, “España no necesita que se prolongue el plazo de otorgamiento de asistencia financiera para la recapitalización de sus bancos porque estos muestran resultados convincentes”. El jefe del gabinete del reino, por su parte, expreso seguridad de que la reestructuración de la banca española para la que la troika de acreedores internacionales (la UE, el Banco Central Europeo y el FMI) asignaron decenas de mil millones de dólares, fue consumada con éxito.
Rajoy y Dijsselbloem resaltaron la importancia de la creación de un sistema bancario único de la UE y acordaron, según se informa en el comunicado del gobierno español, “trabajar de mancomún en este sentido”.
Según el criterio de nuestro experto Iván Rodiónov, profesor de la Escuela Superior de Economía, hay que reconocer los esfuerzos del gabinete de Mariano Rajoy. El país llegó a la crisis con un sistema financiero muy ramificado que incluía bancos privados comerciales y bancos sociales de ahorro, los dos principales tipos de instituciones financieras de España. Además, en la esfera bancaria operaban bancos extranjeros y cooperativas crediticias. Se debía adoptar serias medidas de reestructuración.
Estas comprendían la recapitalización de instituciones financieras, que fue acertadamente efectuada, en particular en los cuatro importantes bancos nacionalizados: Bankia, CtaluñaKaixa, Novagalicia y Banca de Valencia. Con la ayuda del Mecanismo Europeo de Estabilidad, que transfirió 2,5 mil millones de euros a La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB). Gracias a esta entidad, los bancos que necesitaban ayuda pudieron librarse de activos “tóxicos” en forma de inmuebles que quedaban en sus manos después del boom de la construcción en el reino. De modo que en el país se ha hecho mucho. El profesor Rodiónov, al destacar que no se cansa de repetir: para los países europeos en el curso de transformaciones no hay nada más catastrófico, prosigue:
–Para Europa ahora el problema más agudo es sobrevivir a este período de transición. No se debe abandonar decisiones cruciales que elevan la capacidad crediticia de la UE, a saber: la coordinación de su política financiera.
Aquí se encuentra el componente más importante de la crisis, que se deja aún sentir en la UE, sobre todo en la zona de divisa única. Porque la causa fundamental de los fenómenos de crisis era un déficit desmedido de los presupuestos públicos de los países de la eurozona, que instaba a pedir empréstitos en los mercados financieros exteriores, donde estos se tomaban bajo un interés abultado. Iván Rodiónov continúa:
–Con respecto a España, a Grecia también, desde finales de los años setenta se aplicaba tal política de empréstitos, en primer lugar por bancos alemanes y de otros países, la que estimulaba estos empréstitos. Nadie pensaba en la mentalidad nacional de quienes tomaban prestado. Porque en el Sur del continente a veces se recibe de otra manera la obligación de devolver la deuda. Estoy convencido de que el presidente del gobierno de España está bien informado al respecto y sus declaraciones sobre la normalización del sistema bancario alientan.
El profesor Rodiónov está convencido de que la creación de una organización supranacional única para la reestructuración de bancos, que conste en primer lugar de cuotas de los propios bancos, garantizará un funcionamiento firme del sistema financiero de la eurozona. Una de las finalidades de la creación de tal organismo es la reducción del empleo de medios de los contribuyentes y esto quiere decir que ellos contarán con recursos para el desarrollo pleno.
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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