Así lo comunicó el pasado 3 de septiembre el presidente del BCE, Mario Draghi, ante un comité del Parlamento Europeo. Según Draghi, la compra de bonos con vencimientos de hasta tres años por parte del BCE no rompe las reglas europeas que prohibe a este organismo financiar directamente a los países. Mientras, la agencia internacional crediticia Moody's decidió no esperar la introducción de las nuevas medidas anticrisis por el BCE y cambió de estable a negativo su pronóstico a la calificación de la deuda soberana a la UE.

Si la situación económica se agrava en los países europeos más estables, la actual nota crediticia de la UE en general quedará en entredicho. Por eso la agencia Moody's asignó la perspectiva negativa a la calificación crediticia de la UE. Anteriormente, esta agencia hizo lo mismo respecto a las notas de Alemania, Francia, Gran Bretaña y Holanda. De esta forma, durante los próximos meses, la UE puede perder su máxima calificación crediticia de AAA. A pesar de la crisis de la deuda soberana en la zona del euro, hasta el momento, Moody's no se ha atrevido a rebajar la nota de la UE, porque Alemania y Francia gozaban de la misma calificación crediticia. Pero los expertos destacan que el Viejo Mundo enfrenta cada vez más problemas y las notas de la deuda soberana de los países que forman parte de este serán rebajadas próximamente. Así lo declaró el director del Instituto de planificación estratégica, Aleksander Gúsev:

—La crisis sigue agravándose. Por eso es evidente que en breve, posiblemente en lo que reste de año, las calificaciones crediticias bajarán. No hay nada sorprendente en eso.

El próximo 6 de septiembre, en la ciudad alemana de Francfort del Meno se hará un intento de persuadir a la comunidad internacional que la situación económica en Europa podrá mejorar. Al menos, el BCE se prepara a ayudar a los países más endeudados. Las preocupaciones de los inversores internacionales respecto a la estabilidad financiera de tales países, como Grecia y España, provocaron un crecimiento de las tasas de interés de sus obligaciones o bonos. El BCE espera promover el descenso de estas tasas, al comprar los bonos de los Estados europeos. Según Alexander Gúsev, esta medida tendrá un efecto temporal:

—Esto puede aplicarse solo como una medida preventiva, o sea, la primera etapa. Pero en cuanto a las perspectivas a mediano y largo plazo, creo que esto no podrá estabilizar la situación.

Asimismo, el analista de asuntos económicos del portal de noticias Newsru.com, Maxim Blant, es escéptico al respecto a la iniciativa anunciada del BCE. Según Blant, los programas anticrisis similares aplicados en EEUU y otros países no tuvieron efecto. Y es posible que lo mismo suceda con el plan de ayuda propuesto por el BCE:

—Es imposible calificar de eficaz la medida que está elaborándose ahora. Podremos analizar sus resultados pasado un tiempo. Al menos, los programas de compra de bonos iniciados en EEUU, Japón o Gran Bretaña no produjeron los resultados esperados. Es decir, la economía de estos países no se restableció, ni tampoco crece a los ritmos previstos por los autores de esos programas.

El BCE no es el único organismo que busca frenar la crisis en la UE. Hoy en día, en Bruselas se aborda las posibilidades de reformar el sistema de control del sector bancario de la UE. En particular, se prevé crear una unión bancaria que supervise a los seis mil bancos de la Unión Europea. Este mecanismo permitirá revelar problemas del sector financiero de uno u otro país comunitario, lo que fortalecerá la estabilidad económica de la UE en general.