¿Por qué hace ya nueve años que persiste este papeleo, en circunstancias que son ya cincuenta los países que obtuvieron el derecho a viajar a Europa, obviando ese procedimiento burocrático? Simplemente porque han hecho de la exención de visados una moneda de canje: nosotros les damos la dicha del visado, y ustedes nos dan a cambio… Y aquí comienza el regateo del que no hablan, de vergüenza, en voz alta. Pero los especialistas no hacen un secreto al señalar que, plantean las más distintas exigencias: sobre defensa de los derechos humanos, hasta no hace mucho, sobre condiciones de ingreso en la Organización Mundial de Comercio, OMC, pero la principal, naturalmente, es sobre el trabajo en el mercado energético de la UE. No es casual que, en la antesala de la cumbre en Bruselas se reuniese el Consejo de Cooperación UE-Rusia sobre energía. A juicio de Nikolái Kavershnikov, jefe de la cátedra de integración europea del Instituto Nacional de Relaciones Internacionales de Moscú, la colaboración en esta esfera adquiere, de veras, un carácter cada vez más trágico:

–El tema clave son las consecuencias de la realización del “Tercer paquete energético” y, las investigaciones antimonopolio que la Comisión Europea comenzara en septiembre contra Gazprom. Se sospecha a nuestra compañía la repartición de los mercados del gas, la obstaculización del comercio del gas entre los países de la UE, de imponer precios elevados por la materia prima y de su ligazón a los precios del petróleo. Sin embargo, la paradoja consiste en que, en Europa no existe el “monopolista” ruso como tal. Y es que abastece, tan solo, del 22 al 24 % las necesidades de gas de los europeos. Además que, una serie de países europeos no tienen otra alternativa más que la de comprar el gas ruso. Es cierto que los precios de los contratos a largo plazo, como regla general, son superiores a los bursátiles.

Pero, en la mayoría de los países de Europa central no hay mercados spot, hubo concentradores de gas ni grandes depósitos. Allí es simplemente imposible organizar el comercio bursátil. Y en los contratos está, a menudo, prevista la posibilidad de la corrección del precio, lo que Gazprom hace, tomando en consideración la realidad. En los últimos dos o tres años, fueron reducidos en un 10 a un 15 % los precios para las compañías alemanas E.ON, RWE, Wintershall, para la italiana ENI, la eslovaca SPP, la austríaca EKONGAZ. Bulgaria recibió en general un descuento del 20 %. Pero, la Comisión Europea continúa presionando a Rusia. La coyuntura es favorable para ello. Como consecuencia de la crisis, las economías se comprimen y, por consiguiente, cae la demanda de la materia prima. En Europa existe hoy el mercado del consumidor del gas, y no del proveedor.

Bueno, hoy es así, y mañana, veremos. ¿Qué sentido tiene lidiar a un suministrador, más aún que es fiable? ¿Para qué armar una investigación antimonopolio que, en cierta medida, erosiona el prestigio económico? He aquí la opinión desde Praga de Hugo Kysilka, director ejecutivo de la compañía checa de gas Vemex, socia de Gazprom, que afrontara un cataclismo similar:

–Considero que la inspección en nuestra compañía fue exitosa. Duró cinco días. Nosotros presentamos la información exigida. Los controladores se fueron sin sacar conclusiones algunas. Se comportaron correctamente. Confío en que simplemente no encontraron violaciones algunas a la ley. Pero, lo que ocurre hoy en el mercado energético de Europa suscita en mi, personalmente, una confusión profunda. Hace un mes, por ejemplo, un tribunal arbitral en Viena examinaba un pleito de la compañía RWE y de Gazprom-export, por un contrato de la década del noventa. Los rusos lo perdieron, lo que considero injusto. Y es correcto que vayan a apelar a un tribunal de instancia superior. Pero, ¡cómo amarga la vida el “Tercer paquete energético”! Nosotros, al igual que los colegas de la compañía E.ON, consideramos que, este regulador del mercado atropella directamente los derechos del propietario, prohibiendo a las compañías energéticas ser al mismo tiempo distribuidores del gas o de la electricidad, y poseer las redes de transporte correspondientes. Y resulta que, se causa conscientemente un daño a quien extrae y exporta el combustible, invierte en el proceso de los suministros continuos, garantiza, en esencia, la seguridad energética de Europa. ¡Esto no tiene nada en común con el ejercicio de un negocio normal! Confía mucho que Gazprom defienda sus posiciones en la disputa con la Comisión Europea.

¿Y si no se logra, por ejemplo, defender la formación del precio?

–No considero que sean elevados más de la cuenta los precios de Gazprom de los contratos de largo plazo. Además que son vulnerabes de corrección, lo que siempre es tema de las conversaciones bilaterales. Pero, que llegue un tercero, en la persona de Bruselas, y plantee al socio: “!Bajen el precio!”, esas cosas no se hacen. La UE no debe asumir el papel de árbitro, esa no es una conducta de mercado. Además que, en el mercado habrá excedente de gas por mucho tiempo. En 2013, o un poco más tarde, las economías se van a recuperar. Y de nuevo los socios se sentarán a la mesa de las conversaciones.

Se acerca el Año nuevo. ¿No existen temores que los radiadores vuelvan a enfriarse?

–No, la crisis de 2009 fue motivada por la dirigencia de Ucrania. Desde entonces han cambiado muchas cosas. Rusia puso en marcha, con los socios, el gasoducto Nord Stream, obviando el territorio ucraniano. Dentro del sistema energético europeo se han instalado interconectores. Pienso que celebraremos el Año nuevo tranquilamente.

La postura rusa para la reunión del Consejo de cooperación energética UE-Rusia es la siguiente: es indispensable suscribir un acuerdo internacional, en el que se consignen las reglas de la firma de los contratos de largo plazo y, la posibilidad de Gazprom de gestionar en Europa sus gasoductos. ¿Cómo hacer eso? Considerándolos simplemente la continuación del sistema de transporte de gas de Rusia.