No hay motivos para ser optimista, la zona del euro se desintegra en cualquier caso, el aterrizaje “forzoso” de la economía china es inevitable y el peor esceneario posible para EEUU, Europa y los BRIC se aplaza hasta el próximo colapso, vaticina Roubini en su columna del portal web Project Syndicate. La responsabilidad por todos estos hechos actuales y venideros recae en los gobiernos nacionales muy poco eficaces y carentes de cualidades de liderazgo.

Sería difícil esperar otro tipo de pronísticos de parte de Nouriel Roubin, dijo a La Voz de Rusiael doctor en ciencias históricas, profesor universitario Nikita Krichevski.

—Dentro de la comunidad de expertos existe un grupo de especialistas alarmistas que se comportan como actores de variedades ansiosos por complacer al público cueste lo que cueste. Nouriel Roubini pertenece a esta categoría de oráculos. Cabe recordar que no ha parado de predecir conmociones económicas en EEUU desde 1995. Acertó con la crisis mundial de 2008, pero nada más una vez. Krichevski coincide con Roubini en atribuir los actuales problemas económicos a la ineficacia del orden político global. Pero Roubini no dice nada de las nuevas formas de cabildeo a que nos enfrentamos últimamente. El sector financiero va cambiando las reglas del juego, para generar nuevas fuentes de beneficios, opina el analista ruso. Mientras la economía mundial está deprimida, crece el desempleo y bajan los ingresos de la población, los financistas aprovechan para sacar mayores utilidades. Dada la tonalidad de los diagnósticos que pronuncia  Roubini, es bien posible su implicación en el nuevo modelo de cabildeo y su relación mutuamente beneficiosa con el sector financiero, dice Krichevski.

Rusia y China tienen ventaja frente a los demás países en condiciones de la exacerbación de las crisis de la deuda, dice Nikita Krichevski:

—En su momento, Rusia y China se abstuvieron de integrar sus finanzas en el sector financiero global. Esto nos salva actualmente. EEUU y Europa se enfrentan a fuertes presiones por parte de este sector que trata de inyectar más y más dinero vacío en sus economías en busca de mayores beneficios.

Y en cuanto a las previsiones de Roubini, se trata de un producto de coyuntura y, por ende, de rápido vencimiento.