Según el documento publicado, las empresas estratégicas: Gazprom, Rosneft, Aeroflot y otras, pueden presentar información sobre su actividad a representantes de estados extranjeros y de organizaciones internacionales tan solo con el beneplácito de un órgano especial del poder ejecutivo: este será determinado durante un mes.

El decreto tiene por mira defender los intereses de Gazprom contra el cual se ha iniciado una investigación antimonopolio. Pero los expertos resaltan que el paso del conflicto al nivel interestatal complica y dilata su solución. Por lo demás, el primer paso hacia la agudización política, en el decir de Alexei Grómov, vicedirector general del Instituto de Estrategia Energética, fue dado por la Comisión Europea.

—La comunidad de expertos no esperaba que la Comisión Europea vaya a complicar las relaciones con Gazprom porque cualquier investigación antimonopolio significa de facto el empeoramiento de relaciones con Rusia y con el monopolio ruso del gas. Creo que esto obedece a un nuevo intento de Europa por presionar sobre Gazprom con el fin de que cambie la política de precios del gas ruso.

Bruselas acusa el consorcio ruso de haber dificultado los suministros libres de gas a países de la UE, de haber imposibilitado la entrada de rivales en el mercado y de haber impuesto precios injustos, ajustándolos a los precios del petróleo. Los observadores señalan que ahora los precios de Gazprom son más altos que los de la bolsa. Pero hace tres años, cuando el petróleo era barato, tal principio de formación de precios les convenía a los europeos y nadie hablaba de la posición monopólica de la compañía. En cambio, los especuladores levantaron el precio de un barril a los cien dólares y más, y la política de precios del exportador ruso ha comenzado a irritar a los clientes europeos. Y estos han comenzado a presionar a Gazprom, en particular por medio de organismos antimonopolio. Hace un año en las oficinas de las filiales de la compañía en Alemania, Austria, Polonia y Chequia se llevaron a cabo registros. La acusación fue la misma: el monopolismo. Poco después de ello, algunos consumidores exigieron revisar las condiciones de los contratos.

El conflicto de precios bien podría ser arreglado mediante negociaciones comerciales. Con más razón porque, como señala Konstantin Símonov, director del Fondo de Seguridad Energética Nacional, Gazprom estaba listo para llegar a un compromiso.

—En contra de las acusaciones de que Gazprom no es flexible, no quiere cambiar contratos, en realidad muchas compañías europeas en los últimos tres años, han recibido rebajas dos veces. Tan solo este año Gazprom planifica devolver cuatro millardos de dólares de los llamados pagos retroactivos. Se devuelve el dinero ya recibido, puesto que se reconsideran las condiciones de precios de años anteriores.