El candidato del Partido Republicano estadounidense, Mitt Romney, declaró en reiteradas ocasiones que considera a Rusia como un adversario geopolítico de EEUU. La reacción del Kremlin fue previsible. El mandatario ruso anunció que Rusia está dispuesta a colaborar con cualquier presidente de EEUU, sea republicano o demócrata, que sea elegido por el pueblo estadounidense.

Mientras, la agenda ruso-estadounidense es muy complicada. Moscú y Washington no coinciden en sus posturas respecto a los asuntos de seguridad. Rusia está preocupada por los planes de EEUU de desplegar elementos del escudo antimisiles cerca de sus fronteras. EEUU reitera que sistema de defensa antimisiles no apunta contra Rusia, pero se niega a ofrecer garantías jurídicas al respecto.

Según Pavel Zolotariov, director adjunto del Instituto de EEUU y Canadá subordinado a la Academia de Ciencias de Rusia, hoy en día, no se debe considerar que en caso de un conflicto hipotético entre EEUU y Rusia, las partes intercambiarán de golpes nucleares. La situación es distinta, opina el experto:

—Teniendo en cuenta la coyuntura actual, un conflicto nuclear hipotético puede ser limitado con golpes aislados o masivos. Para prevenir la situación en la que se aseste golpes nucleares aislados impunes es necesario tomar en consideración las capacidades potenciales del escudo antimisiles. Las preocupaciones de Rusia al respecto son justificadas.

Otro problema consiste en que las negociaciones ruso-estadounidenses en materia de escudo antimisiles se llevan a cabo simultáneamente con el despliegue del escudo antimisiles estadounidense en Europa cerca de las fronteras con Rusia. La amenaza adquiere dimensiones concretas, destaca el general retirado Evgueni Buzhinski, asesor del Centro de estudios políticos PIR:

—Se trata del espacio acuático del mar Báltico y posiblemente del mar del Norte, así como del despliegue de los elementos de DAM estadounidense en Polonia. La amenaza es real, porque estos elementos son capaces de interceptar nuestros misiles balísticos, Aunque Washington lo desmiente, los expertos rusos están seguros de esto, basándose en cálculos matemáticos.

Pero EEUU hace la vista gorda ante las preocupaciones de Moscú. El problema consiste en que la idea de la creación del escudo antimisiles global fue reanimada por expresidente demócrata de EEUU, Bill Clinton, en los noventa. Estos planes fueron desarrollados durante la presidencia del republicano de George W. Bush, mientras que el actual mandatario de EEUU, el demócrata de Barack Obama, tan solo los modificó. En realidad, el sistema de defensa antimisiles estadounidense es el fruto de acuerdo interpartidario de la élite política de EEUU. Por eso la postura de Rusia no está orientada a la pertinencia de los presidentes estadounidenses a tal o cual partido. La tarea principal para Moscú es eliminar las amenazas provenientes de los países europeos, en caso de que el escudo antimisiles estadounidense sea desplegado allí.