Esta antigua costumbre eslava, que se conserva desde los tiempos paganos, está vinculada a la despedida del invierno y a la bienvenida de la primavera. En un comienzo, esta fiesta coincidía con día del solsticio de primavera. Pero, con la adopción del cristianismo, esta fiesta comenzó a ser celebrada en la última semana que antecede a la Cuaresma. Durante las siete semanas de la Cuaresma, hasta la Pascua misma de Resurrección, la vida de los ortodoxos cristianos es de ascetismo absoluto, dedicada a la purificación espiritual. En tanto, en la semana de Maslenitza, o sea carnaval, es posible bailar, alegrarse y hasta hacer picardías.
En Moscú, por ejemplo, se espera que más de dos millones de habitantes participen en las fiestas populares que tendrán como escenario las calles, parques y plazas. “Y para los visitantes de otras regiones de Rusia, y también de otros países, en este año ha sido organizado por primera vez excursiones de carnaval”, indicaba Serguéi Shpilko, presidente del Comité urbano de Turismo:
− Cuando Moscú comenzó, hace once años, a organizar la Maslenitza, todavía no se celebraba en el país oficialmente. Era más bien una fiesta hogareña, que comprendía visitas a amigos y familiares.. Considero que el año pasado, la fiesta de Maslenitza salió realmente a la calle. Nos hemos empeñado en hacer esta fiesta más moderna, congruente con el espíritu de los tiempos y con el nivel cultural de los moscovitas. Desde el punto de vista de vista del turismo, esto es por ahora un proyecto, con miras al futuro. Por ahora no podemos afirmar que, este carnaval es sea objeto de viajes masivos del extranjero a Moscú, pero se perfila ya un cierto progreso. Este carnaval de Maslenitza es festejado no solo en Rusia. Existen fiestas análogas, convertidas en sucesos turísticos notables en Alemania, Suiza, Polonia, en la República Checa y en Francia.
En realidad, ¿acaso el Mardi Gras, literalmente “martes grasiento”, antes del comienzo del ayuno católico en Francia y en otros países de Europa, y también en EEUU no se entrelaza con la Maslenitza rusa? O Vastlavi, en la región del Báltico, una fiesta vinculada al renacimiento primaveral de las fuerzas de la naturaleza. Y en Suiza se celebra la fiesta de Sächsilüüte, el desfile de los gremios, es también en esencia la despedida del invierno y la bienvenida de la primavera. Estas fiestas son emparentadas con los carnavales. En las tradiciones de la Maslenitza rusa están los carnavales disfrazados con un monigote de paja, como el símbolo del invierno que termina, y que sujetaba en una mano un sartén, en el que se freían tortillas o “blini”,en ruso. Dicen que en Inglaterra existe también una curiosa costumbre con blinis. Después del tañido del “campanazo del blini”, las mujeres corrían hacia el campanario, en delantales y pañoletas, con blinis calientes en los sartenes. Por el camino debía dar vuelta a la tortilla, por lo menos tres veces, obviamente, sin que cayera al suelo. La primera en finalizar la carrera era declarada ganadora y recibía un premio.
Los juegos divertidos y competiciones, y los agasajos apetitosos, sobre todo de blinis, abundan también en Moscú durante esta semana de carnaval. En el parque central de la capital, por ejemplo, tiene lugar la entrega simbólica a las llamas del monigote de paja de Maslenitza, papel que en este año interpretará una instalación de once metros que echa humo y llamas, creada por el famoso pintor Nikolai Palitzki. Se trata de una enorme creación, una obra de arte que pesa más de una tonelada. La quema del monigote del invierno es la tradición más antigua de la Maslenitza, con la que se clausura el carnaval en Moscú.
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