Pero todo esto no tranquiliza a las bolsas. Parece que todos en la UE quieren que España diga a la brevedad posible, “¡Ayúdenme, pues!” Es más, el director del Centro de Investigaciones Políticas Europeas de Bruselas Daniel Gross declaró: “Para España sonó el último toque”. Opinó que muy pronto el sistema bancario español quedará en un estado de no poder refinanciarse por sí mismo y el gobierno español se verá compelido a proponer a los acreedores intereses que, a la larga, no se los puede permitir.

Sin embargo Madrid declaró: “Nos arreglaremos nosotros mismos”. Y a título de argumento recordaron que ya durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, los directivos de los principales bancos del país asumieron el compromiso a realizar decisiones sobre la fusión y absorción de los bancos de ahorros. Y el proceso comenzó a desarrollarse.

Hace poco, al alabar al actual gobierno de los “populares” por las reformas que practica, el comisario europeo para cuestiones económicas Olli Rehn incluso propuso permitir que España cumpliera sus compromisos a reducir el déficit presupuestario hasta el 3 % del PIB un año más tarde, o sea no en 2013 sino en 2014.

Y justo en estos momentos como un argumento más a favor, desde el punto de vista del actual gabinete español, de la solución independiente de la problemática, apareció el nuevo presupuesto anticrisis para 2013. Este documento refleja, por cierto, una economía muy austera, pero en sus comentarios no se dice nada de una petición de ayuda financiera. A la vez, en torno a esta cuestión hay muchas especulaciones de diverso signo. La mayoría de ellas versan sobre la necesidad de inyecciones financieras por parte de la troica de acreedores.

Pero, una vez más, el presidente del gobierno Mariano Rajoy rechazó la inminencia de tal petición a presentarse el 6 ó 7 de octubre,  de ayuda a la UE a fin de cancelar las deudas. Rajoy señaló asimismo que había concordado las medidas de la economía presupuestaria con los jefes de las regiones. Además, se llegó al consenso con las autoridades regionales en cuanto a economía proporcional de medios. “A primera vista, es cierto compromiso que incluye el problema de la exitosa gestión del gobierno junto con la flexibilidad política”, estima Iván Rodionov.